*Una estructura del siglo XVIII es el recuerdo vivo de una industria muy próspera de jamones y tocinos de la ciudad de Puebla, que en el pasado enviada productos España, El Caribe y Sudamérica
Guadalupe Juárez
Puebla, Pue.- Un edificio rosado, la mayoría de las veces se encuentra con las puertas cerradas y en ocasiones se vuelve sede de eventos sociales, políticos y hasta de obras de teatro que se realizan en las galerías.
Antes, en la Puebla virreinal era La tocinería, la muestra de una industria muy próspera de jamones y tocinos de la Nueva España.
La casa ahora conocida como La Antigua Tocinería, considerada la más antigua en su tipo de pie en la ciudad, está sobre la 2 Sur, pero se extiende hasta la 9 Oriente, donde conecta con un restaurante.
Su interior pareciera ser como cualquier casona del Centro Histórico con muros altos, balcones al exterior de la calle, dos patios, escaleras al centro, columnas sosteniendo el segundo nivel, a excepción de sus galerías, una especie de túnel, iluminado sólo con luz artificial, en el que la temperatura es baja, debido a que era utilizado para el ahumado, cocido y tratamiento de los embutidos.
Sus productos no sólo se consumían en Puebla, se llevaban a España, El Caribe y Sudamérica.
Cuenta todavía con un bracero del Siglo XIX en su segundo patio y un horno, mientras que en la segunda planta se encuentran las habitaciones que un día ocuparon sus propietarios.
Las galerías son utilizadas actualmente como escenarios de eventos sociales, sillas con pétalos de todo tipo de flores blancas en el suelo y luces en un arco para bodas.
En años electorales, también sirve para albergar conferencias de prensa de los políticos poblanos, ya sea para celebrar una victoria o reconocer su derrota.
En aquella época virreinal la 2 Sur era conocida como La calle del César, nombre que le era atribuido por los dueños del inmueble, primero de don Miguel Fernández César y luego por su hijo Miguel de César.
Los cronistas señalan que su ubicación era clave por estar muy cerca del río San Francisco y por dos siglos la tocinería fue utilizada para la elaboración y comercialización de la carne de puerco.
Era tal su actividad que en ese entonces que se decía que en la Puebla de los Ángeles, los poblanos comían cuatro cosas: cerdo, puerco, cochino y marrano.
Se señala que La Antigua tocinería tuvo que contar con cilindros de cobre o mampostería para mezclar la grasa de cerdo con cal, tequesquite y ceniza apagada para garantizar el cocimiento lento de los jamones crudos, por días o semanas, con lo que lograban un sabor peculiar, tan exquisito, que por eso era muy solicitado por otros países.
No sólo el jamón y el tocino se producían detrás de estas paredes, también jabones y velas de cebo.